Nacida en plena pandemia, la propuesta de Guillermo Guillen combina cocina artesanal, pasión y visión de expansión. Desde Argentina, la firma desembarcó en Paraguay con una apuesta ambiciosa que ya conquista paladares locales.
La historia de Chempanadas comenzó en 2019, en medio de la incertidumbre que trajo la pandemia. Su fundador, Guillermo Guillen, junto a su primo, quien es su socio, decidió transformar una preocupación laboral en una oportunidad gastronómica.
"Necesitábamos saber hacia dónde ir. Como soy chef y me gusta la cocina, sabía que era algo esencial, y ahí nació todo lo que hoy es Chempanadas", recordó.
El primer local abrió sus puertas en Formosa, Argentina, con una propuesta distinta: vender exclusivamente empanadas. Una idea simple pero arriesgada que resultó un éxito inmediato.
"Era muy jugado abrir un local en una de las avenidas más importantes, porque no nos conocía nadie. Pero desde el primer día la gente nos acompañó", relató Guillén.
En apenas un mes ya vendían más de cien docenas semanales. De ese punto en adelante, el crecimiento fue constante y sostenido. Hoy, la marca emplea a más de setenta personas en Argentina y mantiene un modelo de producción artesanal que prioriza la calidad antes que la automatización.
El desembarco en Asunción representó un nuevo desafío para la marca. "Sabíamos que no era fácil, porque acá todos comen empanadas y a toda hora", admitió el fundador.
Aunque, la estabilidad económica y el clima favorable para emprendedores en Paraguay fueron factores decisivos.
Chempanadas abrió su primera sucursal en el barrio Mburucuyá y, recientemente, una segunda sobre avenida España, consolidando su presencia en el país.
El proyecto requirió una inversión inicial cercana a 35 mil dólares, y emplea actualmente a unas 20 personas entre ambos locales y el centro de producción.
"La idea nació de algo simple: sabiendo que acá la gente ama las empanadas, quisimos traer esa versión bien nuestra, bien argentina. Empanadas abundantes y con relleno de verdad", expresó Guillén.
La recepción del público fue inmediata. "El marketing más efectivo fue el boca en boca. El que probó, volvió o recomendó", explicó, destacando que los días de partido son los de mayor venta. Las promociones vinculadas a la selección paraguaya o a encuentros de fútbol local disparan la demanda, generando nuevos clientes en los días posteriores.
Aunque hoy dirige la operación desde la gestión, Guillermo no olvida sus raíces en la cocina. Pasó dos años entre hornos y amasadoras, y asegura que esa etapa marcó su filosofía empresarial.
"Para mí la cocina es pasión y honestidad. Honestidad con uno mismo y con el cliente, porque ser honesto en la venta de productos alimenticios es fundamental", afirmó.
Esa visión se refleja en el cuidado por las recetas y la elaboración. Todas las empanadas son al horno, con masas de receta propia producidas por una empresa local bajo supervisión directa de Guillen. "Logramos que las masas paraguayas superen incluso el nivel de las argentinas", comentó entre risas.
Chempanadas ofrece más de diez variedades, desde las clásicas de carne, jamón y queso o verdura, hasta opciones innovadoras como vacío con provolone, bondiola a la pizza y árabes al limón. Cada sabor responde a un proceso artesanal que conserva las capas y texturas de sus ingredientes, algo que, según su creador, "una máquina industrial no puede replicar".
"Elaboramos empanadas con ingredientes de calidad premium, accesibles para todos nuestros clientes en Paraguay. Hoy Chempanadas crece porque mantuvimos la autenticidad, la calidad y el trabajo serio", subrayó.
Con dos locales activos y nuevos puntos planificados en Fernando de la Mora y Luque, la expansión continúa. Además, la empresa evalúa abrir franquicias en ciudades del interior como Encarnación y San Bernardino.
Guillén vive actualmente en Asunción, desde donde supervisa el crecimiento regional de la marca. "Fue un desafío venir, pero valió la pena. En solo seis meses, el negocio se sostiene solo", afirmó.
Su filosofía empresarial se resume en una frase que repite con convicción que la constancia y prolijidad lo es todo.
Para el chef, el éxito de Chempanadas radica en una combinación simple: trabajo, constancia y un producto honesto.
"Chempanadas es más que un negocio, es una forma de demostrar que lo auténtico el cliente lo reconoce. Lo real y Chempanadas es real", concluyó.
Fuente Forbes Paraguay